viernes, 15 de febrero de 2008

SOBRE EL AUTISMO (Parte final)

ALGUNOS ASPECTOS…


Como ya se dijo, el autismo es un síndrome que estadísticamente afecta a 4 de cada 1000 niños; a la fecha las causas son desconocidas, aún y cuando desde hace muchos años se le reconoce como un trastorno del desarrollo. Salvo contadas excepciones, el autismo es congénito (se tiene de nacimiento) y se manifiesta en los niños regularmente entre los 18 meses y 3 años de edad. Los primeros síntomas suelen ser: el niño pierde el habla, no ve a los ojos, pareciese que fuese sordo, tiene obsesión por los objetos o muestra total desinterés en las relaciones sociales con los demás. En algunas ocasiones puede llegar a confundirse con esquizofrenia infantil.

Existen múltiples estudios genéticos que relacionan los cromosomas 5 y 15 con el autismo así como otros que buscan vincularlo con cuestiones biológicas como vacunas e intoxicación de metales. A la fecha, ninguno de estos estudios ha logrado sustentar su teoría y por lo mismo, no se puede precisar el origen mismo del síndrome. El autismo no es una enfermedad, sino más bien un desorden del desarrollo de las funciones del cerebro. Las personas con autismo clásico muestran tres tipos de síntomas: interacción social limitada, problemas con la comunicación verbal y no verbal y con la imaginación, y actividades e intereses limitados o poco usuales. Los síntomas de autismo usualmente aparecen durante los primeros tres años de la niñez y continúan a través de toda la vida. Aunque no hay cura, el cuidado apropiado puede promover un desarrollo relativamente normal y reducir los comportamientos no deseables. Las personas con autismo tienen un largo ciclo de vida normal.

¿Qué papel juega la genética en el Autismo?

Estudios recientes fuertemente sugieren que algunas personas tienen una predisposición genética al autismo. Los científicos estiman que, en las familias con un niño autista, el riesgo de tener un segundo niño con el desorden es de aproximadamente cinco por ciento, o uno en 20, lo cual es mayor que el riesgo para la población general. Los investigadores están buscando pistas de cuáles son los genes que contribuyen a este aumento en la susceptibilidad. En algunos casos, los padres y otros familiares de una persona autista muestran un comportamiento social, de comunicación, o repetitivo que les permite funcionar normalmente pero que parece estar relacionado al autismo. La evidencia también sugiere que algunos desórdenes afectivos o emocionales, tales como la depresión mánica, ocurren más frecuente que el promedio en familias con personas con autismo.

¿Cambian los síntomas del autismo con el tiempo?

Los síntomas en muchos niños con autismo mejoran con intervención o según el niño madura. Algunas personas con autismo eventualmente viven una vida normal o casi normal. Sin embargo, los reportes de padres de niños con autismo indican que las destrezas de lenguaje de algunos niños retroceden temprano en la vida, usualmente antes de los tres años de edad. Este retroceso a menudo parece ligado a la epilepsia o a actividad cerebral parecida a convulsiones. La adolescencia también empeora los problemas de comportamiento en algunos niños con autismo, los cuales se deprimen o paulatinamente se vuelven incontrolables. Los padres deben estar preparados para ajustar el tratamiento a las necesidades cambiantes de sus niños.


¿Cómo puede ser tratado el autismo?

Al presente no hay cura para el autismo. Las terapias o intervenciones son diseñadas para remediar síntomas específicos en cada individuo. Las terapias mejor estudiadas incluyen intervenciones médicas y de educación/conducta. Aunque estas intervenciones no curan el autismo, ellas a menudo logran una mejora substancial.


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Para información sobre otros trastornos neurológicos o programas de investigaciones financiados por el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Apoplejía, póngase en contacto con la Red de Recursos e Información sobre el Cerebro (BRAIN) del NINDS al: BRAIN P. O. Box 5801 Bethesda, MD 20824 (800) 352-9424. Para más información sobre el autismo, usted puede comunicarse con: National Institute of Mental Health (NIMH) 6001 Executive Blvd. Rm. 8184, MSC 9663. Bethesda, MD 20892-9663 nimhinfo@nih.gov.

Fuente: (http://www.ninds.nih.gov/ - http://www.nimh.nih.gov/ )

sábado, 2 de febrero de 2008

SOBRE EL AUTISMO (Parte II / III)

ALGUNOS ASPECTOS…

¿Cómo se diagnostica el autismo?
El autismo se clasifica como uno de los desórdenes extendidos del desarrollo. Algunos médicos también usan términos tal como "perturbado emocionalmente" para describir a personas con autismo. Porque éste varía grandemente en su severidad y síntomas, el autismo puede ser no reconocido especialmente en individuos levemente afectados o en aquellos con impedimentos múltiples. Los investigadores y terapeutas han desarrollado varios conjuntos de criterios para el diagnóstico del autismo. Algunos criterios usados frecuentemente incluyen:

Juego imaginativo y social ausente o limitado

Habilidad limitada para hacer amistad con sus iguales

Habilidad limitada para iniciar o mantener una conversación con otros

Uso del lenguaje estereotipado, repetitivo o no habitual

Patrones de intereses restringidos que son anormales en intensidad y foco

Aparente infléxibilidad y apego a rutinas específicas o ritos

Preocupación por las partes de objetos

Los niños con algunos de los síntomas de autismo, pero no con suficientes como para ser diagnosticados con la forma clásica del desorden, son frecuentemente diagnosticados con el desorden extendido del desarrollo - no específico. El término síndrome de Asperger es algunas veces usado para describir a personas con comportamiento autista pero con buen desarrollo de las destrezas del lenguaje. Los niños que parecen normales en sus primeros años y que luego pierden destrezas y comienzan a mostrar un comportamiento autista suelen ser diagnosticados con el desorden desintegrativo de la niñez (CDD del inglés "childhood disintegrative disorder"). Las niñas con el síndrome de Rett, un desorden genético ligado al sexo caracterizado por un desarrollo del cerebro inadecuado, convulsiones y otros problemas neurológicos, también pueden mostrar un comportamiento autista. PDD - NOS, el síndrome de Asperger, CDD y el síndrome de Rett son a veces llamados “el espectro de desórdenes del autismo”.

Ya que los problemas de audición pueden ser confundidos con autismo, los niños con desarrollo tardío del habla deben ser examinados de la audición. Algunas veces los niños tienen dificultades de audición además de autismo. Cerca de la mitad de las personas con autismo tienen una puntuación más baja de 50 en exámenes de IQ, 20 por ciento tienen una puntuación entre 50 y 70, y 30 por ciento tienen una puntuación más alta de 70. Sin embargo, estimar el IQ en niños pequeños con autismo es a menudo difícil porque los problemas del lenguaje y comportamiento interfieren con el examen. Un porcentaje pequeño de las personas con autismo son “savants”. Estas personas tienen destrezas limitadas pero extraordinarias en áreas como la música, las matemáticas, el dibujo o la visualización.

¿Qué causa el autismo?
El autismo no tiene una sola causa. Los investigadores creen que algunos genes, así como factores ambientales tales como virus o químicos, contribuyen al desorden. Los estudios de personas con autismo han encontrado anormalidades en algunas regiones del cerebro, incluyendo el cerebelo, la amígdala, el hipocampo, el septo y los cuerpos mamiliares. Las neuronas en estas regiones parecen ser más pequeñas de lo normal y tienen fibras nerviosas subdesarrolladas, las cuales pueden interferir con las señales nerviosas. Estas anormalidades sugieren que el autismo resulta de una ruptura en el desarrollo del cerebro durante el desarrollo fetal. Otros estudios sugieren que las personas con autismo tienen anormalidades en la serotonina y otras moléculas mensajeras en el cerebro. A pesar de que estos hallazgos son intrigantes, éstos son preliminares y requieren más estudios. La creencia inicial de que los hábitos de los padres eran los responsables del autismo han sido ahora refutados.

En una minoría de los casos, desórdenes tales como el síndrome del X frágil, esclerosis tuberosa, fenilcetonuria no tratada y rubéola congénita causan comportamiento autista. Otros desórdenes, incluyendo el síndrome de Tourette, impedimentos en el aprendizaje y el desorden del déficit de la atención, a menudo ocurren con el autismo pero no lo causan. Debido a razones aún desconocidas, alrededor del 20 al 30 por ciento de las personas con autismo también desarrollan epilepsia cuando llegan a la etapa adulta. Aunque personas con esquizofrenia pueden mostrar comportamiento similar al autismo, sus síntomas usualmente no aparecen hasta tarde en la adolescencia o temprano en la etapa adulta. La mayoría de las personas con esquizofrenia también tienen alucinaciones y delusiones, las cuales no se encuentran en el autismo. (Continuará en próxima publicación: Parte III).
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Para información sobre otros trastornos neurológicos o programas de investigaciones financiados por el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Apoplejía, póngase en contacto con la Red de Recursos e Información sobre el Cerebro (BRAIN) del NINDS al: BRAIN P. O. Box 5801 Bethesda, MD 20824 (800) 352-9424. Para más información sobre el autismo, usted puede comunicarse con: National Institute of Mental Health (NIMH) 6001 Executive Blvd. Rm. 8184, MSC 9663. Bethesda, MD 20892-9663 nimhinfo@nih.gov.
Fuente: (http://www.ninds.nih.gov/ - http://www.nimh.nih.gov/ )