Tratamiento
El diagnóstico de este trastorno ha de basarse en una valoración minuciosa para excluir otras posibles causas de las dificultades del niño, lo que incluye información a partir de su familia y maestros y una evaluación por parte de profesionales de asistencia sanitaria, incluyendo habitualmente un pediatra, un psiquiatra infantil y un psicólogo infantil. La valoración requerirá varias horas y múltiples visitas al médico.
Una vez establecido el diagnóstico, se dispone de diversas opciones de tratamiento, incluyendo tratamiento conductual, programas de educación especial y medicación.
Padres y maestros han de tomar parte en el tratamiento del niño con un refuerzo positivo de las buenas conductas, animándole y siendo tajantes en lo que atañe a lo considerado inaceptable. También es efectiva la atención adicional prestada por parte de sus maestros o un menor número de alumnos por clase.
Hasta un 70-80% de niños con TDAH responde a la medicación estimulante, que con frecuencia da lugar a una rápida mejora de los síntomas. Este tipo de medicación contribuye a frenar las conductas impulsivas e hiperactivas, lo que permite al niño concentrarse y aprender. La medicación “estimulante” suele ser bien tolerada y apenas origina efectos secundarios. Los niños que siguen dicho tratamiento no corren mayor riesgo de volverse drogodependientes más adelante. La identificación, diagnóstico y tratamiento precoces ayudarán a que los niños afectados puedan desarrollar todo su potencial.
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